Alex Mujíca es un venezolano nacido en Canadá. Actualmente lucha para reunificarse con sus dos hijos y esposa |
Alex Mujica es un venezolano canadiense de 44 años,
casado y con dos hijos. Lleva un drama familiar a cuestas. Está alejado de
su familia, Él viviendo en Toronto, Canadá, su país natal, y su familia lejos -muy lejos-, en México.
Es un venezolano normal, con muy poco de
canadiense en sus venas, ya que ni siquiera domina el inglés o francés. Es Chef
de profesión, cuya familia vive en Barquisimeto, estado Lara, de donde se vio
obligado a salir -en 2015- a probar suerte en el exterior. Lo hizo después que
hubo de cerrar su pequeño restaurant y verse sin oportunidades en Venezuela
para mantener a su esposa y dos hijos.
Y escogió Toronto, porque tiene pasaporte
canadiense, y dejó a su familia en Venezuela. Su esposa de profesión abogado, en marzo de 2016, tomó
un taxi y el conductor la secuestró. Aquello fue traumático para él y su
familia, sobre todo estando separados. Acordaron vender lo poco que tenían y
que su esposa e hijos salieran a residenciarse en Panamá. Allá estuvieron un
tiempo hasta que decidieron ir a Ciudad México, donde la vida también es costosa,
realidad económica que Alex debe asumir desde Toronto.
Canadiense de solo nacimiento
La familia separada llevaba más de un año y medio
sin verse hasta que en octubre de 2017, Alex pudo viajar a México. Eso fue para
él reconfortante porque todos los sacrificios en Toronto, son para el bienestar
familiar con miras a reunificarse.
Pero eso no ha sido posible. A pesar de ser
ciudadano canadiense, Alex no las ha tenido todas consigo en su país natal. No
ha podido trabajar como chef, que es su profesión, porque asume que el idioma
se lo ha impedido. No ha podido aprender el inglés porque alega que tiene que
trabajar de lunes a sábado para poder tener recursos y enviar a su familia en
México y a su madre y hermano que tiene aún en Venezuela.
Trabaja en
Construcción: poda árboles e instala grama en diferentes partes del estado de
Ontario. Dice que para los extranjeros, los títulos no valen en Canadá
“sino lo que tú puedas trabajar y conseguir”. Y Alex se siente un extranjero en
su país natal. Tiene problemas para comunicarse eficientemente en inglés y por
ello siente que lo tratan como a un extranjero. "Los canadienses son muy frívolos", asegura.
Pagar una vivienda en Toronto y otra en Ciudad
México no le fue posible y esto trajo consecuencias serias: Alex vive
actualmente en una casa de acogida en Toronto.
La corresponde ese derecho como ciudadano de aquel
país. Es un centro donde acuden personas que alegan no tener para vivir. Allí
recibe dos comidas diarias, ropa y cama en una litera de un grupo grande de
estas que alojan a unas 60 personas.
“En el shelter (nombre en inglés a casa de abrigo)
es como una cárcel, jejejeej pero con derecho a salir, algo parecido en un solo
salón convivimos 65 personas en diferentes literas, no es malo ya que te dan
una cama y dos comidas al día: el desayuno y la cena”.
“No me da la base
para poder alquilar acá y seguir rentando en México “No es lo mismo que vivir
en Venezuela con todo. A pesar de que soy ciudadano me siento un inmigrante,
lamentablemente hay mucho repudio a los latinos, y si no te puedes comunicar en
inglés, te echan a un lado”.
La familia de Alex reside en México, esperando poder reencontrarse |
“No hay peor enemigo que un latino con papeles”,
suelen decir. Hay personas que hasta tienen empresas y los humillan. Han
humillado a amigos míos. Y hasta a mí mismo”.
Las penurias y preocupaciones materiales no son
nada para Alex, quien se siente agobiado por la idea de poder perder a su
familia. Por eso es que lucha en Toronto contra la adversidad.
Su rutina diaria: “Me levanto a las 5 am, tengo que
estar en mi trabajo a las 7 am, la casa de abrigo está lejos del downtown,
donde trabajo. Llego de mi empleo a las 8 pm, trabajo de lunes a sábado y los
días que tengo libre, que son los domingos, algunas veces trabajo con un amigo
paquistaní haciendo mudanzas”.
Poco a poco, Alex Mujica ha ido pagando a una
abogada de inmigración para que atienda el asunto de su familia, pero la deuda
no está del todo saldada y hasta que eso no ocurra “ella no moverá un dedo”. Ya
ha pagado lo correspondiente a sus dos hijos y resta el pago por su esposa.
Con información de Venepress
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