Joshua Holt, un preso político norteamericano al que la dictadura de Nicolás Maduro sembró evidencias para encarcelar |
Pérdida
de peso de alrededor de 27 kilogramos, bronquitis, sarna, piedras en el riñón y
hemorroides. Algunos de los efectos que tuvo la reclusión en el estadounidense
Joshua Holt durante los primeros seis meses en El Helicoide.
“Fue lo más cercano al infierno que
te puedas imaginar. Tuvimos suerte de salir de ese sitio con vida. Cuando
llegué estaba aterrorizado y me enfermé mucho”, comentó el estadounidense en
una entrevista al Daily
Mail.
Con un diente roto y constantes
dolores de estómago. A pesar del dolor, Holt no llegó a recibir ayuda
odontológica durante tres meses. Solo pequeñas dosis de analgésicos.
Los abusos no fueron exclusivos del
denominado “gringo” por los funcionarios del Servicio Bolivariano de
Inteligencia (Sebin).
Thamara Caleño, esposa de Holt,
denunció que fue objeto de torturas por parte de miembros del Sebin.
“Me electrocutaron con un pistola
eléctrica. Querían que firmara una confesión que decía que Josh era un espía,
parte de una conspiración. Que había liderado a la CIA para derrocar al
gobierno venezolano, que había asesinado gente. Me rehusé y lloré”, dijo Caleño
entre lágrimas.
“Decían que era el jefe de la CIA en
Venezuela, un piloto militar, porque casi tuve mi licencia de piloto, y que era
un terrorista. Decían que me había enviado Obama para tomar Caracas”, expresó
Holt.
Lea la entrevista completa aquí.
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