La desgarradora inflación
y la aguda escasez han sido los verdaderos detonantes a la ola de saqueos
ocurridos durante 2016 en Venezuela. La crisis se acentuó y
se alojó en el país, llegando a niveles
que producen desesperación en la población.
La desesperación al
hacer colas reiteradamente sin obtener los artículos básicos, lleva a otras vías y el
saqueo es una de estas.
Los saqueos iniciaron
en el interior del país, donde la situación es aún más crítica que en la
capital, pero los anaqueles siguen vacíos y los pocos productos que se logran
conseguir superan en valor al paupérrimo salario del venezolano.
Mientras esto ocurre,
la nación sucumbe ante los problemas políticos y la gente desesperanzada apela
a la violencia y al saqueo.
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