La imagen por sí sola es dantesca. En estas terribles
condiciones se encuentra la memoria histórica del municipio Palavecino. Un
panorama alarmante que quizá no pueda revestirse
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Unos 12 mil documentos que en su mayoría datan
del periodo 1903-2000 se encuentran arrumados
en el Archivo Municipal
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Dolorosamente el Archivo histórico de Palavecino se encuentra apilado en una gran montaña de papeles.
La memoria histórica de la ciudad, que pudiera estar
conformada por unos 12 mil documentos, se deteriora arrumada en donde se
confunden con la desidia y la inconsciencia.
Allí, en medio de una gran montaña de papeles
malolientes, reposa nuestra memoria, lo que fuimos y lo que seremos.
Hacinados en un fuerte militar
El cronista municipal, Taylor Rodríguez García ha emprendido
una lucha de año para recuperar el repositorio de Palavecino, hacinado en
principio en un cuartucho de las instalaciones del edificio de los Poderes
Públicos, llenos de estiércol de aves que anidaban entre los documentos del
siglo XVIII y XIX.
Más tarde, el deposito tuvo que clausurarse debido a
la contaminación y los miles de importantes documentos fueron trasladados a
Fuerte Terepaima.
En el lugar, amontonados, muy cerca de un viejo
depósito de municiones vencidas, la memoria de Palavecino y Simón Planas
permaneció más de una década.
Una sede para los documentos
En un intento de revertir el perjuicio a la memoria
histórica de Palavecino, los dos últimos gobiernos municipales se preocuparon
por construir un edificio de dos pisos para trasladar el repositorio del fuerte
militar hasta una sede digna.
Desde junio de 2014, luego que las autoridades
militares advirtieran al nuevo gobierno municipal que el archivo no podía
seguir permaneciendo en esas instalaciones, se coordinó el traslado del valioso
material, pero el mismo se vio un sinnúmero de veces interrumpido por carencia
de bolsas plásticas, por ausencia de un camión y hasta por falta de personal.
Pavorosa montaña
Finalmente la colosal documentación de unas doce mil
piezas documentales, fue trasladada, más para asombro de muchos, fue “lanzada”
en el segundo nivel del Archivo Municipal Don Vidal Hernández, formándose una
pavorosa montaña de papeles.
Producto de un delicado padecimiento, el cronista
municipal no pudo seguir coordinando el traslado del archivo, ni organizando
los primeros documentos depositados en el repositorio municipal.
Originalmente se trasladaron 150 piezas documentales,
pero en el último traslado se perdió la cuenta, dado no hubo ningún reporte.
Rodríguez apunta que existía interés de la Universidad
Politécnica Territorial del estado Lara, a través de la carrera de Archivo y
afines, incorporar a un grupo de pasantes a partir del 15 de septiembre, para
apoyar en organización del repositorio.
A juicio del cronista, el traslado de los documentos
fue improvisado -sin cumplir por lo menos-, con limpieza mínima y empaque del
material.
Documentos contaminados
Los documentos presentan un deterioro muy avanzado
hasta el punto de estar contaminados. Insectos de todo tipo se esconden y se
alimentan de los papeles. Chipos han sido identificados entre los moradores de
la ruma de documentos.
El espeluznante escenario obliga a someter el archivo
a un meticuloso proceso en un último intento de preservar la memoria escrita de
dos municipios.
Teme Rodríguez García por la integridad de la galería
de ilustres cabudareños del intelectual José Ramón Brito, obras que quedaron
sepultadas bajo la montaña de documentos.
Gran parte de los planos urbanos exhiben contaminación
con estiércol de aves, según informe elaborado por un patólogo contratado por
el ente municipal, lo que supone su incineración.
Sin ser alarmista, Rodíguez afirma que se pudieran
salvar unas ocho mil piezas orgánicas.
Impera preservación de la memoria
Quienes han sido testigos del tiempo y han escudriñado
la historia de Cabudare, sueñan con que se preserve la memoria escrita.
Después de Iribarren, Torres y Crespo, Palavecino
sería el cuarto municipio con un archivo organizado, “pero en estas condiciones
es imposible laborar”.
En un escenario normal, en donde se hubiese coordinado
el traslado de los documentos históricos, se estimaba que para mediados del
2016, Palavecino dispondría de un repositorio.
Texto y fotos:
Luis Alberto Perozo Padua
@LuisPerozoPadua
Luis Alberto Perozo Padua
@LuisPerozoPadua
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