EL IMPULSO se ha mantenido inalterable desde su fundación en 1904 |
Son 112 años. Se dice fácil pero cuánta agua ha pasado por debajo de ese puente, escribió hace algún tiempo un destacado periodista.
EL IMPULSO fue
pensado por don Federico Carmona, un larense visionario que poseía una imprenta
en Carora, pero conocedor del arte de la palabra que además es progreso.
El fundador editó un panfleto que fue llevado, a lomo de mula, a todos los parajes de Lara, en donde se exponía la necesidad de crear un periódico que narrara los acontecimientos más relevantes de la ciudad y su entorno.
El fundador editó un panfleto que fue llevado, a lomo de mula, a todos los parajes de Lara, en donde se exponía la necesidad de crear un periódico que narrara los acontecimientos más relevantes de la ciudad y su entorno.
Fue una hazaña para aquel tiempo remoto, donde aún no se
hablaba de democracia y progreso, y eso era precisamente el agudo enfoque que
persiguió don Federico.
Desde su fundación aquel 1° de enero de 1904, hasta hoy, EL
IMPULSO ha sobrellevado y confrontado regímenes, que sin pudor alguno, han ensayado -a toda costa- el arte del silencio y la
mordaza.
El silencio dictatorial
Días crueles
atravesó este vocero durante las primeras décadas del siglo pasado, y sería Juan
Vicente Gómez, uno de los más feroces enemigos de la prensa y del pensamiento, quien
sin dilación ordenó la clausura de EL IMPULSO y el encarcelamiento de su director,
quien a su vez era hijo de don Federico.
Por su osadía de
abrir una sucursal en plena capital de la dictadura gomecista, Juan Carmona
tuvo que soportar confinamiento en una sórdida celda de La Rotunda, a donde
fueron a parar hombres con ideales democráticos.
El primer número de EL IMPULSO |
Durante el mandato
de Marcos Pérez Jiménez, en innumerables oportunidades, periodistas de EL
IMPULSO, así como sus directores, fueron detenidos y confinados en mazmorras de
la dictadura, y las páginas del rotativo revisadas a diario por un sensor que
verificaba con arrogancia cada línea, lo que atentaba contra la palabra y el
pensamiento.
Luego, en pleno
siglo XXI, EL IMPULSO centenario, patrimonio larense y vocero con la más amplia
trayectoria del país, es continuamente asediado por el gobierno revolucionario,
que con punzantes amenazas públicas de cierre y con ignominiosas visitas gubernamentales,
pretendieron arrodillar la línea editorial del periódico.
Acción retaliativa
Y como los
regímenes dictatoriales son intolerantes, incrédulos ante el pensamiento libre,
intransigentes ante opiniones que disientan de las suyas, con su acostumbrada
despiadada retaliación, el régimen infringió una estocada que creía final para
quebrantar la inalterable línea editorial de EL IMPULSO, y torcerla en favor de
sus intereses.
Es entonces,
cuando desde una ilegítima fundación que no es más que una empresa monopólica, con
salvaje prepotencia se ordena no vender más papel prensa a EL IMPULSO, lo que
someterá al diario a profunda revisión y reorganización presupuestaria.
Al paso salieron
quienes creen en la democracia: periodistas, medios de comunicación,
fundaciones, ONGs, partidos políticos, y hasta entes internacionales, a apoyar
y expresar el repudio colectivo por la nueva y desacertada andanza de la
revolución.
Inalterable,
justo, incorruptible, se ha mantenido EL IMPULSO ante el asecho gubernamental.
Un patrimonio nacional
Quien puede negar
que EL IMPULSO ha sido la voz de quienes no son escuchados. De quienes han sido
callados.
Quién niega que
este medio haya y sigue siendo una ventana al mundo para quienes sufren de
injusticias, para los desamparados y para quienes creyeron perder la esperanza.
EL IMPULSO es un
eco que con estrépito cobija a todos los pensamientos, inclusive a voces que
defienden al actual modelo político.
Periodistas y organizaciones políticas en respaldo a EL IMPULSO |
EL IMPULSO ha sido
un connotado defensor de las libertades públicas e individuales. Se ha
planteado desde su génesis, presenciar y registrar pequeños y grandes
acontecimientos, siempre comprometido con “el brillo de las libertades”.
Por esa razón, EL
IMPULSO es y será nuestro lar formativo, nuestra casa editora, nuestro baluarte
democrático, nuestro gentilicio. Somos parte de esta historia.
Enhorabuena por
estos 112 años de inalterable y objetivo propósito que no es otro que el
sagrado deber de informar.
Luis Alberto Perozo Padua
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