viernes, 15 de abril de 2016

En Cabudare recuperan baterías con métodos rudimentarios

Jean tiene más de 40 años recuperando baterías en Cabudare

Jean Chediak tiene más de 40 años recuperando acumuladores para vehículos, o baterías como comúnmente se le conocen.


Proveniente de Siria llegó a Venezuela cuando aún era un bebé y se instaló en La Mata, parroquia Cabudare en época añeja, según vestigios de los ruinosos muebles de su tienda.

Con perspicacia esboza que a sus 60 años de edad, jamás el negocio de reparar baterías había sido tan rentable como ahora, aunque lo aqueja la ausencia de repuestos e insumos para ejecutar el trabajo.

Su horario de trabajo es holgado y muy a pesar de las atosigantes interrupciones eléctricas, recupera entre dos y cuatro baterías por día “cuando se tienen todos los materiales”.

A su negocio llegan unas 20 baterías diariamente, pero más de la mitad, tienen que ser devueltas por el estado de deterioro, pues muchas han sido sometidas a intensas reparaciones tras lo escabroso de poder conseguir una nueva.

Rememora que antes “cuando había material” reparar una batería costaba entre 50 y 200 bolívares pero la mayoría de las personas preferían comprarlas nuevas, desechando así las usadas.

El método de este hombre es arcaico pero efectivo
Ahora él, reconstruye una batería en 10 o 12 mil bolívares, “dependiendo el estado del paciente”, lo que incluye repuestos y ácido nuevo.

Asienta con determinación -en medio de la entrevista-: “No compro baterías robadas y tampoco acepto choros que vengan a ofrecer algo”.

Su método de trabajo es un poco arcaico, pues utiliza un machete y un martillo para abrir los acumuladores. Los bornes los fabrica fundiendo el plomo y la garantía es su palabra empeñada, la cual tiene un vencimiento de seis meses, sin embargo, hay clientes que han vuelto luego de un año a reclamar esa palabra.

Texto y fotos:
Luis Alberto Perozo Padua

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